Alejandro Copete // @Ale_Copete
Aunque pueda parecer inferior por tratarse de un filial y además de los menos vistos en este grupo IV ya que nunca ha sido de los históricos, la realidad es que el Granada “B” se encuentra en la misma situación que todo un clásico como el Real Jaén: desesperación y tristeza al ver que el objetivo, el ascenso o por lo menos entrar en play offs, se aleja hasta los 10 puntos. Este mal sabor de boca, si el fútbol no es caprichoso, es el síntoma más claro de la evolución que ha sufrido el conjunto nazarí en los últimos tiempos.
Hoy en día el filial granadista es un equipo respetado y temido por la calidad de sus jugadores, en muchos casos más realidades que promesas venidas de muchas partes del mundo y que servirán no solamente para apoyar a un primer equipo que de nuevo pelea por su supervivencia en la élite, sino para reforzar a los diferentes equipos que siguen la estela de los Pozzo. Success y Peñaranda han sido los últimos nombres de una lista que sin duda alguna se verá ampliada en los próximos años. Un conglomerado construido a partir de 11 jugadores que juegan con una pelota y que no pone límites a su crecimiento.
José Miguel Campos es consciente de la distancia que les separa con el Cádiz y de los errores que han cometido para encontrarse en este escenario, entre ellos una mala racha a domicilio y muchos problemas defensivos a la hora de encajar goles. Con 27, es el que más tantos concede de los 6 primeros equipos que lideran el Grupo IV de la Segunda B. Pero el míster también tiene claro que a partir de ahora lo que queda es seguir sumando y encomendarse a la suerte. Y si el objetivo del ascenso se esfuma, que prevalezca por encima el deseo de seguir formando futuras estrellas. Para el encuentro contra el Real Jaén vuelve de su lesión el lateral derecho Corozo y hay que tener mucho cuidado con el delantero manacorí Sergi Guardiola. Fue noticia por su despido del FC Barcelona por sus comentarios en Redes Sociales, pero desde su debut el 10 de enero con la camiseta rojiblanca ha anotado 5 goles, quedándose a dos del pichichi Denilson. El centro del campo sigue siendo sin duda el punto fuerte de este filial con la dupla Uche-Navarrete, músculo y pulmón para la medular. Volvió en enero de su infructuosa cesión en la Tacita de Plata Wilson Cuero, un jugador siempre a tener en cuenta.
Un filial que este año vivió una anécdota curiosa: en el partido contra el Almería B no alineó a ningún jugador de la provincia de Granada. Para los puristas fue casi una provocación, una falta de respeto. Pero fue el reflejo de la realidad que hoy vivimos en este deporte. Una manera tan válida de hacerlo como por ejemplo, el modelo vasco del Athletic Club. A veces lo único que importa es que el balón siga corriendo en el césped y que sigamos disfrutando del espectáculo. En la capital del reino Nazarí, tras muchos años de sufrimiento y deambulando por los campos más humildes, saben vivir el presente porque el futuro es oscuridad e incertidumbre. Y ese presente, por lo menos en el filial, es no abandonar la ambición.