Alejandro Copete // @Ale_Copete
Cuando un proyecto tan personalista como era el de Pina junto a la familia Pozzo en la ciudad nazarí cambia de manos lo más probable es que hubiera ocurrido exactamente la situación en la que se encuentra ahora mismo el Granada CF y sus filiales. Mucha inestabilidad que ya se ha llevado por delante la cabeza visible de Paco Jémez, malos resultados, incertidumbre…que por supuesto afecta a todos los escalones del organigrama. El Granada “B”, que se había convertido en uno de los rivales a tener en cuenta en el grupo IV no ha empezado con el mejor pie. Su situación no es tan desesperada como la del primer equipo, pero ahí queda el aviso para navegantes.
De los últimos 21 puntos posibles, el filial rojiblanco solamente ha podido sacar adelante 4 puntos. La victoria ante el San Fernando parecía ser el punto de inflexión de esta racha ya que los chicos de Lluís Planagumà (que ya puede decir que ha entrenado en Primera División) se reencontraban con el juego característico que les hacía ser temidos: un equipo muy físico y competitivo donde el centro del campo era una auténtica jungla inexplorable y salvaje que arrollaba en ataque y devastaba en defensa. Pero obviamente la plantilla ha cambiado. La clasificación a estas alturas con 5 derrotas y estar más cerca del descenso que del ascenso lo muestra. Porque debido a las redes italianas, el Granada “B” no era simplemente el filial del Granada, sino de casi medio planeta del fútbol. Los Peñaranda, Machís, Boateng… se han ido a hacer mundo. Eso es lo que conlleva ser un filial.
Pero aún queda ese ramalazo a la hora de plantear la cantera. Los nazarís siguen siendo una muestra de las muchas nacionalidades del mundo con hasta 16 países representados en su plantilla. Aunque los fichajes que más destacan son nacionales como Tomás y Ballesté, del ascendido Cádiz; o Pol Llonch y Antonio Marín con experiencia en Segunda. Hongla, central de 18 camerunés, se ha asentado en la defensa aunque se trata del ejemplo más claro que a este Granada le falta jugadores con más experiencia y un referente claro en ataque. Matheus empezó bien pero lleva 7 jornadas sin marcar y el colombiano Luis Suarez no se reencuentra con el gol. De ese centro del campo poderoso queda Sulayman, que parece haber recuperado sensaciones tras su grave lesión y suele entrenar con el primer equipo; y el chileno Navarrete, que deben ser los que empujen con fuerza la maquinaria rojiblanca.
Las humedades que hicieron mella en las plantas más altas del edificio nazarí también han causado estragos en los pisos inferiores. Si no se remedian a tiempo todo el conjunto, todo el proyecto que viene de oriente, tiene el peligro de caer derruido.