Alejandro Copete // @Ale_Copete
Imaginemos un tren a toda velocidad sin control. A punto de descarrilar o estamparse contra un muro. El maquinista está muerto o en el mejor de los casos, inconsciente. Los pasajeros aterrados, aferrados a sus sillones. Esperando el momento definitivo. Ese tren era el F.C Jumilla la temporada pasada, que se salvó de la quema con los mismos puntos que el Linares, que jugó el play-out. Los dueños italianos resultaron ser un entramado que no pagaba a jugadores, empleados ni árbitros y que jugaban con las ilusiones de todos. Y sin embargo, los murcianos con una plantilla de jugadores que iban y venían, salieron sanos y salvos de ese accidente.
Este verano llegó el capital chino a la ciudad vinícola, algo que se está convirtiendo en cotidiano en nuestro grupo IV, y lo hicieron con fuerza para asegurar la pervivencia por lo menos un año más del F.C Jumilla en el siempre caótico fútbol murciano. Y de la pesadilla se ha pasado a una tranquilidad momentánea e incluso eufórica, porque la entidad jumillana ocupa la zona noble de la tabla y se encuentra a tiro de piedra de los puestos de play-offs. Una buena racha al inicio del campeonato les permitió encadenar 8 partidos consecutivos sin conocer la derrota y llenar la saca con muchos puntos.
A estas alturas de liga, el F.C Jumilla es un equipo a tener en cuenta sobre todo por su solidez defensiva, ya que se trata del conjunto menos goleado del Grupo IV. Pero los de “Pichi Lucas” no se encuentran en el mejor momento ya que llevan 3 jornadas sin conocer la victoria y también sin marcar ningún gol. Aunque esto último no parece preocupar demasiado, primero por el colchón de puntos conseguidos al inicio que les acercan a la media para la salvación; y porque sus 29 puntos los han conseguido con solamente 15 goles. Pobreza goleadora o efectividad, como quieran llamarlo. También destaca su fortaleza como local, ya que solamente han perdido un partido en todo lo que llevamos de temporada en el Polideportivo Municipal de la Hoya.
Los nuevos inversores trabajaron tanto para intentar mantener un bloque que estaba maltrecho por las deudas y complementarlo con caras nuevas que no tuvieran dudas en este proyecto. Así se consiguieron que siguieran en Jumilla jugadores tan importantes como el central Neftalí o Jorge Perona, una de las referencias arriba. Y las llegadas tienen en su mayoría un origen compartido: el UCAM Murcia. Quizás un ejemplo a seguir, un espejo donde mirarse para llegar a lo más alto encarnados en jugadores como el central Robles, el ariete Titi (pichichi con 6 goles) y la dupla de mediocentros Bello y Manolo, los que llevan la manija del engranaje murciano. También está destacando como uno de los jugadores más en forma en portero Jero, procedente del Eldense.
Como ocurre con La Hoya Lorca, o con tantos otros equipos humildes con fuerte inversión extranjera, el límite de sus posibilidades se supone que lo marcarán las ganas de los dueños de crecer y la ilusión de los aficionados. Pero siempre sabiendo que en realidad, quien marca dichos límites es el propio fútbol en sí. Y en el F.C Jumilla han adelantado mucho trabajo para por lo menos seguir siendo de bronce un año más. Pero ojo, después de Navidad vuelven las clases.