Alejandro Copete // @Ale_Copete
De puertas hacia afuera, el Marbella F.C es un equipo que debido a sus méritos es claro luchador por subir a Segunda. Su proyecto ambicioso, la calidad de sus jugadores y el hecho de ser junto al Cartagena las únicas escuadras que no han dejado nunca de estar en puestos de ascenso en lo que llevamos de temporada; son claras muestras de ello. No hay más preguntas, señoría. Los costasoleños son “gallitos” y deben ser tratados como tal.
Pero de puertas hacia dentro, los malagueños han vividos tiempos de auténtica Guerra Civil. Empezando por un bajón de resultados en la segunda vuelta tras su inicio perfecto. Arrancada de caballo, llegada de burro. Eso motivó el cese de Nafti, pero aparte de los malos números se suma una lucha interna entre la directiva y la parcela deportiva que acabó con la marcha de Gaucci, el Secretario Técnico. Y por ende, el de su protegido franco-tunecino, acusado también de no dar cancha a las nuevas llegadas invernales y al cual tampoco ayudaba sus constantes expulsiones y salidas de tono en los partidos. Eso provocó hasta la ira de jugadores importantes como Kike Márquez. La mujer del César no estaba consiguiendo aparentar ser decente. El llamado para apagar el fuego creado fue el jiennense Miguel Álvarez, pero la irregularidad sigue presente: 1 victoria en 8 partidos, 5 puntos posibles de los 12 que ha disputado el nuevo entrenador. Un caos interno que puede pesar en la consecución del objetivo.
Ahora el Marbella cierra la tabla de los de arriba con 54 puntos y tiene empujando por atrás a Mérida, Melilla y Murcia. El miedo a que todo quede en agua de borrajas es grande en la ciudad malagueña. De los favoritos a subir es el que más goles encaja (38), muchos de ellos debido a errores defensivos que claman al cielo, como el último penalti en contra que supuso un empate en el descuento. Como al inicio de temporada, es por la banda izquierda donde más fuerte es el equipo blanquiazul: Andrés Sánchez y Kike Márquez, jugadores de categoría superior. Como también lo es una de las nuevas caras que llegaron a la Costa del Sol: el portero Manu Fernández, con minutos en Primera. Pero sigue faltando un referente arriba y de momento Pedro Mérida, que también llegó en invierno, ha demostrado mucha pelea pero poco gol ya que aún no se ha estrenado. El capitán Añón parece encontrarse cómodo en un nuevo rol de enganche y habrá que vigilar a Zé Turbo, cedido en el último mercado por el Inter de Milán, y su capacidad para sorprender como revulsivo por su velocidad y descaro juvenil. A las armas de la velocidad y las bandas hay que sumarle últimamente la pizarra del técnico jiennense en las jugadas a balón parado.
Marcos Ruiz fue expulsado en la anterior jornada y su puesto en el lateral derecho deberá ser cubierto por otro jugador. Un Marbella F.C que está obsesionado por subir a toda costa y que está dispuesto a cortar todas las cabezas necesarias para que eso ocurra. Debe ser difícil vivir con esa presión.