Rosa Bárcenas
Hace unos días me propusieron hacer una ruta clásica en la Sierra de Cazorla, el ‘Río Borosa’, desde la piscifactoría hasta el nacimiento, 25 km así en plan ‘tranqui’ practicando un deporte que está muy de moda. ¡A mí me encanta! Se llama CA-CO, así con esas siglas queda muy ‘freaky’, pero en realidad significa caminar – correr. Consiste en que caminas cuando es muy cuesta arriba o te apetece ir más despacio para ver el paisaje, (en realidad cualquier excusa es buena) y corres cuando es cuesta abajo. En definitiva, ir a tu bola.
Esta conocida ruta va recorriendo el curso del río, cuyo caudal durante milenios ha formado uno de los más extraordinarios rincones en esta Sierra, incluido un pequeño cañón con mucho encanto conocido como la Cerrada de Elías, así como espectaculares paisajes y saltos de agua que te dejan con la boca abierta hasta el nacimiento del Río.
Siempre he sido una enamorada de la Sierra de Cazorla y la visito siempre que puedo pero reconozco que este año está exultante. Llena de vida, hinchada de agua que fluye de sus entrañas sin contemplaciones. Un espectáculo gratuito digno de disfrutar al alcance de cualquiera, donde cada uno escoge la distancia el día y la modalidad de recorrerla pero no dejéis pasar esta oportunidad. El largo invierno lluvioso que llevamos ha dado su fruto, no solo para que nos hayan salido ‘caracolillos’ detrás de las orejas de tanta agua, también ha saturado las entrañas de nuestras sierras que ahora emana sin descanso. Somos parte de esa naturaleza y aunque estemos inmersos en nuestras rutinosas vidas incivilizadas, no debemos olvidar los beneficios de mezclarnos, aunque sea un rato, con el medio natural y todo sus elementos, el sol, el viento, el agua…Cóctel vitamínico perfecto para el cuerpo y la mente.