Alejandro Copete // @Ale_Copete
Uno de los renacidos del grupo IX de la Tercera División. Y el verano que se ha vivido en Guadix no tiene nada que envidiar al periplo que vive Leonardo DiCaprio en la oscarizada película a la que hacemos referencia. A la incertidumbre sobre en cual división jugaría, el conjunto accitano se vio también afectado por unas elecciones a la directiva donde se jugaba su viabilidad como proyecto deportivo. Pero las buenas noticias llegaron a Granada y el Guadix CF tendría una nueva oportunidad en Tercera.
Y para esta nueva oportunidad, el hombre que consiguió por lo menos cambiar la mentalidad de un equipo ya descendido, aunque el milagro como tal se obró federativamente. Gabriel Pidal, de 37 años y siempre ligado al fútbol granadino, es la persona elegida para conseguir el objetivo de este año: la permanencia ganada en el césped. Y tiene claro cómo conseguirlo: a través de la defensa. En palabras suyas dadas en entrevistas a otros medios vino a decir que por lo menos sus jugadores no harían el ridículo goleada tras goleada. El Guadix CF de Gabri es un equipo correoso, duro e intenso. Y como muestra de ello han sido las dos primeras jornadas, sendos empates a 0 ante San Pedro y Loja. Con más o menos fortuna y oportunidades de gol, pero parece que la dinámica de los rojiblancos será la de defender cada minuto de los 90 a sangre y fuego.
Para esa mejora defensiva ha sido clave la vuelta a las convocatorias de Nando, central que el año pasado se perdió muchos minutos por lesión; y una de las caras nuevas: Novo. Procedente del Huétor Vega, se considera uno de los mejores defensas del Grupo IX a sus 20 años. Junto a Novo llegaron otras caras nuevas casi todas procedentes de equipos de la zona y con pasado en algunos de los filiales del Granada C.F, el gran equipo de la provincia en estos últimos años. Entre los más activos de los fichajes hay que destacar al interior Pedro Amate (ex del Maracena) y el mediocentro Enrique Cruz, que asciende de categoría al venir del Ciudad de Baza de la Tercera andaluza. De momento, ni Olalla ni el inglés Jay han cometido su labor natural como arietes: la de anotar tantos.
Aguantar como jabatos, salir a la contra y usar la altura de los arietes para sorprender a los rivales. Ese parece de momento el plan del conjunto accitano para no repetir los errores del año pasado y que su presencia en el Grupo IX sea más duradera. Y por supuesto, que no tengan que depender de factores externos para mantener la categoría. De momento, el no haber encajado ningún gol dota de muchísima confianza a un grupo que está dispuesto a dejarse la piel para no ser una comparsa.