Emilio Antolín // @EmilioAntolin
Mientras la mayoría de jugadores de la categoría de plata nacidos en Jaén viven una temporada difícil en la zona baja de la tabla, una jornada más el Oviedo de Anquela y Carlos Hernández y el Almería de Corpas han puesto un granito de arena para construir la montaña que les meta en el ‘play off’ de ascenso.
No en vano, la escuadra asturiana asaltó el campo del Extremadura y venció con un autoritario 0-2. Carlos Hernández, como viene siendo habitual cuando las lesiones se lo permiten, fue de la partida y cuajó un partido sobresaliente. Bien en defensa, incluso participó en la jugada del primer gol, cabeceando en primera instancia un balón que finalmente fue Joselu quien mandó al fondo de la red.
Con un buen resultado y una buena actuación de José Corpas se cerró también la jornada para el Almería, que logró un meritorio empate ante el Cádiz en un partido muy trabado. En este sentido, los rojiblancos dominaron, pero la escuadra gaditana aguantó bien las acometidas rivales y amarró un 0-0 en el que Corpas demostró que, además de gol, también puede trabajar duro cuando el partido lo requiere.
En la parte negativa de la jornada, el Córdoba cayó derrotado ante el Numancia por 3-2 en un envite donde no estuvo Aguado (cuyo futuro podría estar en Valladolid), mientras que el Nástic perdió contra el Tenerife por 2-0. En la escuadra catalana estuvieron de inicio tanto Manu del Moral como Javi Jiménez, aunque el primero acabó sustituido tras 73 minutos en lo que ni él ni su equipo tiraron a portería. El lateral, por contra, contó con 90 minutos en los que solucionó bien el trabajo que tuvo, aunque el Nástic acreditó su condición de colista y nada pudo hacer ante un Tenerife que fue muy superior.
Por último, el Elche plantó cara a un líder, el Granada, que acabó llevándose el gato el agua (2-1). En un duelo con una parte para cada equipo, los nazaríes tuvieron más acierto, mientras que el Elche sufrió tanto en defensa como en ataque. Iván Sánchez, titular, acabó sustituido al borde del 80 tras completar un partido donde lo intentó sin demasiado acierto, al igual que toda la escuadra ilicitana.