Llega el día después de esa deseada primera jornada en la que el Gobierno de España ha permitido la práctica deportiva al aire libre. ¿Cómo ha reaccionado nuestro cuerpo después de estar 48 días confinados? ¿Hicimos un calentamiento adecuado? ¿Respetamos los estiramientos? Y lo más importante: ¿Hemos hecho ejercicio moderadamente y según nuestras posibilidades? Seguramente hoy muchos tengan agujetas. Un síntoma que nos explica el fisioterapeuta Javier Cejudo (FisioÚbeda) a través de las siguientes cuestiones:
El Deporte de Jaén.- Después de estar un tiempo inactivos y retomar la actividad física, al día siguiente amanecemos con dolores horribles que impiden movernos normalmente. ¿Cómo nos explicas técnicamente estos síntomas?
Javier Cejudo.- Científicamente han sido bautizadas como dolor muscular de origen retardado (‘Delayed Onset Muscle Soreness’, DOMS, en inglés) y hasta entender su naturaleza, han existido muchos mitos en torno a ellas. La más extendida es que son cristales de ácido láctico que pinchan al músculo; esto es falso, ya que existen patologías en personas que son incapaces de producir ácido láctico y sin embargo, también sufrían dolor muscular de origen retardado (enfermedad de McArdle).
Los últimos estudios apuntan como principal causa a una reacción inflamatoria en respuesta a las microlesiones muscular y tendinosa que se producen al no estar el músculo adaptado a la intensidad del ejercicio. Es decir, el músculo hace un ejercicio de intensidad al que no está acostumbrado, se producen microlesiones musculares y tendinosas, lo que hace que se acumulen gran cantidad de metabolitos o desechos, que dan paso a una reacción inflamatoria e irritan las fibras nerviosas produciendo dolor.
EDJ.- ¿Debería preocuparnos sufrir estas molestias?
JC.- No, digamos que nuestro cuerpo al generarlas está actuando como un mecanismo de defensa. Tras no estar acostumbrados a realizar esos movimientos durante la cuarentena en casa, nuestro organismo identifica una actividad física nueva, que va más allá de lo habitual y la aparición de las agujetas junto con el cansancio son una forma que tiene nuestro cuerpo de avisarnos los días siguientes que hemos estado por encima de nuestro ritmo o capacidad.
EDJ.- ¿Cuánto tiempo deberemos convivir con esta molestia?
JC.- El dolor muscular suele durar entre los 5 y 7 días con un pico que se muestra a los 1-3 días tras el ejercicio, por eso sentimos más las agujetas a partir del segundo día de hacer ejercicio.
EDJ.- ¿Podemos hacer algo para tratarlas?
JC.- No escuches antiguos mitos de tomar un vaso de agua con azúcar para disolver los cristales que teóricamente pinchaban y producían el dolor. Esto no sirve para nada. Curiosamente te sorprenderá leer que la mejor manera que hay de quitar ese dolor tardío al esfuerzo es con más ejercicio.
Realizar el mismo tipo de ejercicio a una intensidad más moderada facilitará que vaya llegando más sangre al músculo fatigado. Esa sangre va a ir lavando de alguna manera todos los productos de desecho y eso hace que el músculo, una vez caliente y más irrigado, vaya recuperando sus capacidades y paliando en cierto grado el dolor.
EDJ.- Y para los más rezagados, ¿cómo pueden evitar su aparición?
JC.- Sigue las recomendaciones de inicio progresivo que hemos citado en otras entrevistas o planifícalo con un profesional cualificado, cuidando el calentamiento pre-ejercicio, empezar con poco intensidad, hidrátate durante la práctica (250ml agua) si es posible, evita cambios bruscos de ritmo, hidrátate después de ella (500ml) y nútrete de forma adecuada al terminar (alimentación rica en aminoácidos esenciales) e incluso date una ducha con agua fría después de la actividad, pero sobretodo escucha tu cuerpo.