El baloncesto jiennense tiene en Pablo Sánchez a uno de sus grandes valores de futuro. El joven linarense, actualmente en la cantera de Unicaja Málaga, ha vivido una evolución meteórica que le señala como jugador con unas perspectivas muy alentadoras para próximas temporadas.
La delegación jiennense de la Federación Andaluza de Baloncesto ha mantenido una entrevista con el jugador de Linares en la que el joven deportista ha repasado su carera deportiva y algunos de sus mejores momentos en la pista.
Sobre sus inicios, Sánchez comentaba que comenzó entrenando con «mientras mi padre entrenaba a otros niños. Me fue gustando. Dimos el paso de apuntarme a un club y poco a poco fui mejorando.Llegó el momento en que en minibasket me llamó la selección andaluza y a partir de ahí quise vivir más experiencias como esa. Con el equipo de mi pueblo, llegamos al campeonato de España siendo subcampeones de Andalucía. Jugué con el baloncesto Sevilla porque me invitaron. Después firmé por la cantera de Unicaja Málaga, donde llevo cuatro años».
Entre sus recuerdos destacan el momento de su etapa en el CAB Linares: «Fue algo que creo es de momento lo que más he disfrutado. Éramos un equipo de amigos, que íbamos al cine, a jugar al fútbol, pero cuando nos poníamos a competir era un equipo. Recuerdo esa temporada con mucho cariño. Cada vez que vuelvo a Linares seguimos quedando los mismo. Fue una temporada muy bonita. Lo del campeonato de España fue ponerle el broche de oro».
Y después de aquel campeonato llegó la oportunidad de ir al Unicaja Málaga. «Mi primera intención fue no ir a Málaga. Le dije a mi padre que creía que no estaba preparado. Me dijo que probase y que si no lo veía, que volviese a casa. Te cuesta adaptarte al principio, son muchos cambios. Con la ayuda de mi familia y de los compañeros aquí, se hizo todo bastante más fácil», señalaba Pablo Sánchez.
Pero ante todo, después de su experiencia, el joven jugador linarense tiene claro que «trabajando puedes llegar a conseguir lo que tú te propongas. Me acuerdo cuando era más pequeño e iba a las selecciones, la gente era muy buena. Para mí entrar en la selección, era un chute de adrenalina. Sobre todo valores, es lo que más me han aportado esas llamadas de las selecciones provincial y andaluza».
En 2018 tuvo la oportunidad de debutar en ACB con el primer equipo de Unicaja Málaga, siendo el jugador más joven en hacer con la camiseta del equipo malagueño. Una situación que vivió con «mucha satisfacción porque vivir desde la primera fila lo que pasa en el día a día de un equipo profesional es lo que cualquier persona que juega al baloncesto quisiera poder disfrutar. Se que hay que trabajar mucho más, porque te das cuenta del nivel que hay. Te das cuenta de que tienes que seguir trabajando, ya no para hacerte un hueco sino simplemente poder entrenar con calidad junto a los compañeros. La acogida de entrenadores y compañeros fue sensacional y eso ha hecho que me sienta más cómodo».
Un debut que tuvo como historia curiosa su acceso a la pista para iniciar el calentamiento: «Cuando fui a debutar fue curioso porque siempre hay un guardia en el túnel para controlar que nadie entre. Yo fui a entrar y el guardia me preguntó que a dónde iba. El guardia no me creía. Llegó el preparador físico y ya le comentó que iba con el equipo y que iba a debutar. Eso ya me hizo sentir un poco nervioso. Durante todo el calentamiento sentí esos nerviosos. Una vez dentro de la dinámica del partido, ya no pensaba en nada más que en el partido. Cuando llegó el momento sentí que había cumplido un sueño. Intenté sobre todo salir a dar el máximo y disfrutar la experiencia», explicaba.
Con la temporada ya finalizada, Pablo Sánchez piensa en los retos que le han quedado por cumplir. «Me hubiera gustado ganar la Euroliga junior, aunque estamos contentos ya que en la fase previa quedamos segundos clasificados, pero hubiera sido bonito poder disputar la fase final a 8, que se disputaba en Colonia. También quería haber podido disfrutar de los últimos Campeonatos de Andalucía y de España que íbamos a jugar en categoría junior. La temporada que viene está por ver, hay que estudiar y luego compaginarla con el baloncesto en la medida que sea posible».
Entre las personas que le han apoyado durante toda esta etapa, el joven linarense destaca a «mis compañeros de Linares, cuando voy allí son mis amigos y son con los que quedo. Mi compañero Carlos Galán, uno de mis mejores amigos, he compartido 3 años con él. Son personas muy especiales para mí porque me han ayudado y me han acompañado en todo lo que he podido vivir».
A pesar de que su carrera deportiva está en ciernes, Sánchez tiene en su memoria tres momentos grabados a fuego: «Una fue ese campeonato con el CAB Linares, era algo brillante y que al ser como una familia es imposible de olvidar. La primera vez que me puse la camiseta de la selección española en un torneo en Eslovenia. Eso fue algo muy emotivo. Y luego, el debut con el primer equipo de Unicaja».
De cara al futuro, el jugador linarense quiere hacer del baloncesto su profesión para «cumplir una serie de objetivos personales que yo me proponga, conseguir títulos y experiencias que me hagan ser mejor jugador y mejor persona. Sé que tengo que esforzarme mucho, tengo mucho margen de mejora. A partir de ahí trabajar para conseguirlo y ya se irá viendo».