El entrenador del Real Jaén, Jaime Pérez, asumía tras el partido la responsabilidad de que el conjunto blanco no pudiera certificar el ascenso de categoría en la final del play off de ascenso a Segunda División B ante el CD El Ejido.
El técnico alicantino eximía a sus jugadores de cualquier responsabilidad y reconocía que «duele perder así, porque encima han sido dos errores de banquillo. La expulsión de la primera parte viene porque un jugador con amarilla no puede quedar en el centro del campo. Y luego en el córner defensivo, el jugador que hace el gol, no tenía marca. Un jugador como Falu Aranda, no puede estar sin marca desde que ha entrado y eso es error del entrenador. Eso a un entrenador le duele».
Quizás debieran tomar nota algunos dirigentes de la cúpula del Real Jaén a la hora de entonar un discurso de responsabilidad ante la situación vivida esta temporada. Si bien, Jaime Pérez sea probablemente el menos responsable y precisamente, en cierta medida, suyo fue el mérito de ilusionar a la parroquia blanca tras vencer al Linares en semifinales.
El formato de competición del play off, que no le permitía al Real Jaén empatar, terminó condicionando sus opciones de ascenso: «Sin llegar a perder el partido, nos quedamos fuera pero era la norma de la competición y lo sabíamos. Es una pena pero estás fuera porque el sistema de competición que te dio la ventaja de poder ascender en dos partidos ahora te echa por la desventaja de que eras el cuarto y no te valía el empate», explicaba Jaime Pérez.
Como conclusión, el preparador alicantino subrayaba que su sentimiento de rabia venía motivado por «no haber manejado mejor desde el banquillo las situaciones que son controlables. Las dos eran controlables. Si ellos incorporan un cambio tenemos que saber quién lo marca y no lo hemos tenido claro».