Lola Marín, alcaldesa de Baeza, junto con el concejal de Deportes, Rodrigo Checa, miembros del Club Ciclista Rus Bike así como familiares y amigos de Ismael Valcárcel Palomares han visitado la instalación de una bicicleta blanca en memoria del joven ciclista que hace unos meses perdía la vida en este punto.
La primera edil exponía la importancia de este día, afirmando que “es un día de recuerdo y esperanza, para intentar acabar definitivamente con esta terrible situación a la que se enfrentan los ciclistas cuando salen a entrenar”. La alcaldesa hacía referencia a la gran fortaleza de todos los presentes, los más allegados del joven biker, ofreciéndoles un abrazo sincero de agradecimiento e indicando que “la figura de Ismael estará siempre unida a Baeza”.
Por lo tanto, Marín pedía “quedarnos con el recuerdo de Ismael, un chico extraordinario, y con el reconocimiento del deporte, de la tradición, del ciclismo en Rus y siguiendo el legado que Ismael representa”. Esta bicicleta servirá para recordar que debemos tener cuidado en carretera porque detrás de un ciclista hay una familia, proseguía Lola Marín, “tenemos que ser conscientes de que los ciclistas van desprotegidos y que los conductores de vehículos debemos ir muy atentos y con muchísima precaución”.
Por su parte, y en representación de toda la familia y amigos, Fabián Valcárcel, hermano de Ismael, ha dedicado unas palabras de agradecimiento tanto al Ayuntamiento de Baeza como al Club Rus Bike por este acto tan emotivo y por la instalación de esta bicicleta en honor a su hermano. Valcárcel ha explicado que esta bicicleta blanca se coloca de manera simbólica en muchas ciudades de Europa para aludir a un atropello. A pesar de que sea un momento difícil, Fabián ha explicado que este es un “símbolo más, un punto de encuentro, para tener a Ismael con nosotros, aunque siempre estará en el corazón de todos los que lo queríamos y admirábamos”.
Además, Valcárcel pedía que esta bicicleta debe “servir para crear conciencia cívica a los conductores, ya que los ciclistas van ‘desnudos’ en la carretera, sin ningún armamento o defensa. Es por ello que hay que reclamar esa protección”, exponía Fabián quien hacía alusión a una de las reivindicaciones que más realizaba el joven Ismael, esa distancia de 1,50 metros que “separan la vida de la muerte”. El joven biker era un ejemplo de constancia y superación que llevaba compitiendo y haciendo lo que más le gustaba desde los 12 años.
Es por ello que la familia ha querido que este gesto “sirva para recordar a Ismael y para dar un toque de atención de que al volante no debemos distraernos y estar muy pendientes del entorno mientras se conduce porque esa línea entre la vida y la muerte para un ciclista es muy delgada, ínfima, por lo que hay que tenerlo en cuenta ya que no solo se acaba con la vida de una persona sino que le afecta a muchas más”, finalizaba su hermano Fabián.