Todos los valores y las emociones de este deporte se pueden reunir en dos palabras: Rugby Inclusivo. Alrededor de 100 personas han participado en el III Festival de Rugby Inclusivo organizado por Jaén Rugby.
Residentes de los centros del Grupo Entrepinares del Mercadillo, sus familias, jugadores y jugadoras de todas las categorías del club, sus entrenadores… Completo el aforo permitido. Que se haya podido celebrar ya constituye un éxito en sí, pero haber podido disfrutarlo sobre el césped de Las Lagunillas es una alegría añadida.
“Qué alegría”, “por fin”, “qué ganas teníamos”, expresiones que corrían de boca en boca, en unas caras todas sonrientes, mientras el oval cambiaba de manos de todas las edades.
“La pasión que ponen las personas que vienen de las residencias a practicar el rugby se contagia a chicos y grandes, pero sobre todo sus sonrisas”, asegura el coordinador de Rugby Inclusivo en Jaén Rugby, Víctor Palomo.
El proyecto inclusivo de Jaén Rugby arrancó hace cuatro temporadas, pero, como la vida misma, ha quedado un año suspendido por la pandemia. Para la mayoría de los jugadores y jugadoras de las residencias que colaboran en el proyecto la de este fin de semana ha sido una de sus primeras actividades colectivas al aire libre.
Para ellos, este festival ha cobrado un significado especial porque les ha dado la oportunidad de relacionarse con personas de otros entornos y recuperar una de sus actividades favoritas. Juegos, diversión, agua y mucho rugby.
Una actividad física que mejora su coordinación y movilidad y que a los facilitadores -jugadores sin discapacidad- pone la piel de gallina. Como asegura el presidente de Jaén Rugby, Eduardo Sánchez, “ellos nos dan mucho más de lo que reciben de nosotros, nos dan su alegría y su generosidad”.